Cas típic 230: noi li agrada noia, noi es creu Terry Pratchet

I no! Terry Pratchet només n'hi ha un! l'únic! l'inconfusible! El que fa llibres com Lores y Damas. On queda demostrat que els Elfs no són el que semblen, i que per molt rossos i prims i macus que siguin són uns malparits!

Tata Ogg podía a llegar a ser tan desagradable que la misma Inquisición la habría expulsado por exceso de celo.

Lancre era tan pequeño que no podias tumbarte si no tenias un pasaporte.

-¿De verdad eres mentiroso profesional?
- No.
- ¿Y entonces por que intentas asaltar diligencias?
- Me temo que cai en una emboscada tendida por unos bandidos.
- Pero aqui pone que eres un soberbio espadachin.
- Me superaron en número.
-¿Cuantos eran?
- Tres millones.

Tata Ogg miró debajo de su cama por si acaso había un hombre allí. Siempre puedes tener un golpe de suerte inesperado, ¿no?

El pozo elevador era una especie de sumidero calóricop. La comida caliente siempre llegava al comedor fría, y la comida fría llegava más fría. Nadie sabía qué le había ocurrido al helado, pero probablemente habría obligado a volver a escribir las leyes de la termodinámica.

Ahora soy el mago que está arriba de todo. Me basta con dar una orden y un millar de magos me... eh... desobedecarán, o dirán "¿Qué?", o empazarán a llevarme la contraria.

Sé que está ahí dentro -dijo Verence, con las manos sosteniendo su corona de monarca de Lancre en la famosa posición "Ay señor bandidos mexicanos han asaltado nuestra aldea".
[...]
- Bueno yo...
La corona giraba entre los nerviosos dedos de Verence. Los bandidos no solo habían invadido la aldea, sinó que además los siete magníficos habían decidido que aquella era la noche ideal para ir a jugar a los bolos.

Había llevado a cabo ciertas deducciones partiendo de la sabiduría revelada evidente *1 y extrapolando basándose en las fuentes asociadas *2.
*1: Es decir, que se había inventado un montón de cosas
*2: Había leído un montón de cosas que también habían sido inventadas por otras personas.

Técnicamente, un gato encerrado en una caja puede estar vivo o puede estar muerto. No lo sabes hasta que hechas una mirada. De hecho, el mero acto de abrir la caja determinará el estado del gato, aunque en este caso había tres estados determinados en los que podía hallarse el gato: Vivo, Muerto o Condenadamente Furioso.